Senti que todo a mi alrededor desaparecia, dejandome sumida en un intenso sopor. Sentia que flotaba, no sentia mi cuerpo, era como si este ubiera desaparecido de repente, dejando solo un vacio.
-¿Marti?-pronunciaba una y otra vez una voz que me sonaba muy lejana.
Poco a poco fui recobrando la conciencia de mi misma y reconoci la voz, mas bien las voces, eran Adler y Alec los que gritaban una y otra vez mi nombre.
En cuanto abri los ojos ambos soltaron un largo suspiro de alivio, ambos tenian sangre en toda la cara y yo no podia entender porque.
-Crei que te habias muerto-grito Alec mientras me abrazaba tan fuerte, que crei que me iba a romper las costillas. Cuando Alec dejo de abrazarme, comprendi que era la sangre en su cara, eran lagrimas, si, los vampiros lloran lagrimas de sangre.
-No estoy muy lejos de eso-dije.
-¿Como te sientes?-pregunto Adler con cara de preocupacion.
-No muy bien, no siento mi cuerpo y tengo la vista borrosa-dije
-Bien, intenta pararte-dijo mientras se incorporaba y me ofrecia su mano. Yo la tome y me pare con dificultad, tenia problemas para mantener el equilibrio, asi que Adler paso uno de mis brazos por encima de sus hombros para mantenerme en pie.
-Vamos, entremos en la casa, tenemos que hacer un experimento para saber si esto funciono-dijo Esteban cuya presencia no habia notado.
Mire hacia la casa, estaba a mas o menos 3 kilometros de distancia, concentre todas mis fuerzas en caminar hacia la puerta trasera, y por un segundo senti que volaba y de repente estaba de frente a la puerta trasera de la casa, Adler ya no me sostenia y yo estaba de pie mirando a un monton de vampiros boquiabiertos situados a tres kilometros de distancia, que yo habia atravesado en menos de un segundo.
Perdi el quilibrio de nuevo y comence a caer, pero antes de quedar estampada contra el piso unos brazos me alzaron, mire hacia arriba y, obviamente, era Adler quien me cargaba.
-Creo que tienes sed-dijo lentamente
-Si, ¿me das un vaso de agua por favor?-respondi yo
-No me refiero a ese tipo de sed-respondio
Entramos a la casa y los demas nos siguieron, Adler no acepto bajarme hasta que llegamos a la estancia y me deposito cuidadosamente en un mueble, se sento a mi lado y Alec al otro. En frente de mi habia 2 vasos blancos con pitillo, el interior era dificil de ver, pero el olor que llego hasta mi fue exquisito, de repente me senti hambrienta.
-Marti, en estos vasos hay... sangre, eres un vampiro y necesitas tomarla, por que sino, moriras. Aqui tenemos 2 tipos de sangre, un vaso contiene sangre de un depredador, y el otro contiene sangre humana que hemos traido del banco de sangre.-me explico Esteban.
-Acercate a los vasos, el que te parezca que te sabra mejor, tomalo-me indico Alec.
Acerque mi nariz a los vasos, olfateando, un vaso olia a hierro y no era para nada apetecible, mientras que el otro, era extremadamente delicioso, tome el vaso que contenia la sangre que olia bien, comence a beber y senti como mis colmillos de alargaban, senti algo raro en mis ojos, pero no queria abrirlos ni parar. Cuando acabe puse el vaso a un lado y levante la mirada, todos me miraban asombrados, mire a Adler en busca de una explicacion, el me miraba con esa misma cara de sorpresa.
-Tus... tus ojos-atino a decir. Mire a Esteban, que ya tenia un espejo en la mano, me lo lanzo y lo atrape, cuando vi mi reflejo yo tambien me sorprendi.
Tenia los ojos grices en ves de cafes, mi piel estaba mas blanca de lo normal y mis labios, normalmente rosados, tenian un inusual color rojo.
Baje al espejo y mire a Esteban, un poco nerviosa por saber que sangre habia bebido.
-Marti, bebiste sangre de...
Te Odio!! Como me dejas asi!!! Publica pronto!!
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