Corri sin direccion alguna en la oscuridad de la noche pero los arboles formaban un laberinto sin salida.
Conocia ese bosque, lo habia recorrido cuando era niña un millon de veces con mi hermano y nunca me habia perdido, tenia ganas de llorar, sentia que algo me seguia y mis pies ya no podian correr mas.
Me tropece con una roca que estaba salida, y me cai raspandome las rodillas y las palmas de las manos, al intentar pararme me di cuenta de que me habia roto algo en la pierna derecha, ya que sentia un dolor inmenso alli. Grite de pura frustacion, lo que fuera que me estuviera persiguiendo, se acercaba a toda velocidad, podia sentir su aplastante precensia cada ves mas cerca de mi.
Algo me agarro por la espalda para pararme al mismo tiempo que me tapaba la boca para evirtar el grito que se asomaba por mi garganta. Me cargo en su espalda sin modular palabra y nos llevo a la parte mas densa del bosque, me deposito en las raices de un arbol y porfin pude ver quien era, aunque la verdad ya me lo esperaba, Adler. En sus ojos azules habia una gran preocupacion. Se arrodillo a mi lado para examinarme la pierna.
-No esta rota-dijo y lanzo un suspiro de alivio-solo es un esguinse. Creo que deberiamos salir de aqui lo mas rapido posible-me dijo.
Yo estaba en una especie de shock y no encontraba mi boca para decir algo. El me miro fijamente frunciendo el ceño, luego nego con la cabeza y me subio a su espalda de nuevo, su pelo blanco brillaba a la luz de la luna.
Me llevo a mi casa y me puso en la cama, me vendo el tobillo y murmuro.
-Ya duermete.
Lo proximo que supe era que estaba por la mañana, que sueño tan raro. Cuando me levante de la cama note que mi tobillo si estaba vendado, mire mis manos y mis rodillas y estaban raspadas. ¿Que estaba pasando?.
Me diriji hacia el baño, tome una ducha y me vesti lo mas rapido que pude, desayune cereal y mire por la ventana, y alli estaba Adler apoyado en su ferrari negro con aire despreocupado. Me cepille los dientes y sali. El sonrio al verme y me abrio la puerta del copiloto.
-Buenos dias-dijo el-como dormiste anoche-dijo en un tono demaciado enigmatico.
-Bien.
-Ponte el cinturon de seguridad-dijo y arranco el auto.
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